Uruguay pedirá más datos a Argentina por el colector que arrojará residuos al Río de la Plata

08 noviembre 2020

A priori se entiende que el megacolector cloacal argentino no tendrá un impacto ambiental en la costa de Colonia del Sacramento.


Los gobiernos uruguayos no han tenido reparos con la obra argentina, pero en esta etapa surgieron dudas sobre posible contaminación. Foto: Pablo Bereciartúa.


   En setiembre el gobierno uruguayo resolvió conformar una comisión interinstitucional para hacerle seguimiento a la construcción del megacolector argentino que arrojará al Río de la Plata los residuos orgánicos de unos 6 millones de bonaerenses, junto con desechos industriales, a 37 kilómetros de la costa de Colonia.

   Se trata de una obra cuyo costo total, se estima, rondará los 1.200 millones de dólares.

   El grupo de trabajo está integrado por los ministerios de Relaciones Exteriores y Ambiente, centralizándose el estudio del tema en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), que desde julio preside el exlegislador nacionalista Alem García.

rio de la plata

Costa argentina del Río de la Plata.

   El directivo entiende que la construcción no tendrá impacto en la costa uruguaya. Y asegura que existen estudios, públicos y privados, que ofrecen garantías a nuestro país. De todos modos, anticipó que se solicitará más información al gobierno de Alberto Fernández.

   “Como organismo binacional, integrado por Argentina y Uruguay, la CARP tiene jurisdicción en todo lo relacionado con el Río de la Plata. Uruguay prestó su conformidad en 2009 para la construcción de la planta depuradora de Riachuelo, para el tratamiento de aguas servidas, efluentes cloacales y residuos industriales.

   “Tenemos un informe de impacto ambiental realizado por consultores contratados por la empresa que realiza la obra (Agua y Saneamientos Argentinos -Aysa-, la equivalente a la OSE uruguaya)".

   “Sin perjuicio de la competencia de diversas entidades del gobierno, se resolvió que todo lo relativo a esta planta se canalizará en el ámbito de CARP”, explicó García.

   La construcción faraónica que emprendió Argentina hace más de una década -y que se encuentra en su etapa final- contó con el aval de los últimos gobiernos uruguayos.

   “En 2002, en una carta firmada por Alberto Zumarán, presidente de CARP de la época, se expresó a Argentina que no había objeciones que formular, considerándose la obra un progreso y que se hacía la reserva del derecho a tener información actualizada sobre aspectos que eventualmente pudieran dañar las aguas”, indicó García.

   “Uruguay no tenía motivos para oponerse a la construcción de esta obra, por el contrario, tenía el deber de consentir, al no tener fundamentos relacionados con eventuales perjuicios; ello a la luz de normas específicas del tratado (del Río de la Plata) y de su filosofía, que tiene como objetivo principal el progreso y bienestar de los pueblos de los estados partes.

   “En consecuencia, se prestó conformidad a la construcción. Fue así que en 2009 se expresa a Argentina el consentimiento, que estuvo fundamentado en tres informes: del Ministerio de Transporte, de la Armada Nacional y de Dinama”, agregó.

Alem García

“La obra no tendrá ningún impacto en Colonia”, aseguró Alem García. Foto: Leonardo Mainé.

Confianza.

   Según explicó García, la confianza del gobierno uruguayo se basa en varios pilares: la obra del colector incluye la construcción de una planta de tratamiento de última generación, las corrientes no permitirían que los desechos lleguen Colonia y -un dato no menor- los argentinos tienen tres puntos de extracción de agua en el Río de la Plata para el consumo humano.

   “Tenemos un informe de impacto ambiental realizado por consultores contratados por la empresa que realiza la obra (Agua y Saneamientos Argentinos -Aysa-, la equivalente a la OSE uruguaya).

   “Ese informe es amplio, completo, con información actualizada. Lo recibí a los pocos días de haberlo pedido y lo trasladé a las autoridades correspondientes. De todas formas, con la ayuda de la Dinama y del Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ingeniería, vamos a solicitar información ampliatoria”, señaló García.

   “Tenemos en trámite en la CARP un convenio con la Universidad de la República; en pocos días culminará su proceso.

   “Nuestra idea es utilizar los valiosos recursos humanos y materiales que tiene el Estado uruguayo en las tareas que se cumplirán, en este y en otros temas. También es de nuestro interés un convenio con la Universidad de Buenos Aires. Y pensamos, además, en la celebración de acuerdos o convenios en el ámbito privado, con instituciones y organizaciones que se han ganado muy buen prestigio en la defensa del medio ambiente”, agregó.

Preocupación y recuerdo de los puentes cortados

   El 9 de setiembre la diputada y entonces candidata a la Intendencia de Colonia por el Partido Colorado, Nibia Reisch, se reunió en la Torre Ejecutiva con el ministro de Ambiente, Adrián Peña.

   Esa misma semana, la legisladora del sector Ciudadanos había cursado sendos pedidos de informes a los ministerios de Relaciones Exteriores, Ambiente y Transporte y Obras Públicas, expresando su preocupación por el eventual impacto del colector argentino en la costa uruguaya.

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Costa de Colonia del Sacramento.

   También recordó que en el pasado el gobierno del vecino país mantuvo cortados los puentes binacionales como forma de expresar su preocupación por la eventual contaminación de la planta de celulosa de Botnia, hoy UPM.

   En sus solicitudes de información a las secretarías de Estado, Reisch anota que el colector lleva 10 años de obras, se encuentra en su etapa final y verterá cada día unos 2.300.000 metros cúbicos al Río de la Plata.

   “Al mismo confluirían otros 40 kilómetros de líneas que juntan las aguas cloacales de Buenos Aires que confluyen en Dock Sud, desde donde -previo tratamiento- serán llevadas a través de este emisario submarino’’, agregan los pedidos de informes de la diputada Reisch.

El préstamo más grande del Banco Mundial

   El proyecto está en manos de la empresa Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa) y lleva el nombre de Sistema Riachuelo.

   La construcción está en su etapa final y es financiada con un préstamo del Banco Mundial de 840 millones de dólares, a los que se agregaron otros 245 millones en octubre del año pasado.

   Se trata del préstamo más grande que otorgó la institución crediticia en todo el continente. El costo total de la iniciativa se eleva a 1.200 millones y la diferencia la pondrá Argentina.

malena galmarini

Malena Galmarini, titulr de Aysa.

“Se debería tomar agua del Río de la Plata”

   La presidenta de la empresa argentina Aysa, Malena Galmarini, se ofreció a ir a Uruguay a entregar personalmente toda la información sobre la obra del