La lluvia y las cuestiones climáticas resultan fundamentales para que la situación del río Paraná tienda a normalizarse.
Redacción Argenports.com
“Todo hace pensar que a mediados del verano de año próximo vamos a estar empezando el gradual retorno a la situación normal. La probabilidad de seguir en niveles bajos es cada vez menor. Hay indicios de que en los primeros cuatro o cinco meses de 2023 nos vayamos evolucionando para llegar al otoño en condiciones totalmente normales”.
La frase pertenece a Juan Borus, subgerente del Sistema de Información del Instituto Nacional del Agua (INA), quien aseguró que el río Paraná ha comenzado un incremento de caudal sostenido, el cual --se ilusiona-- espera que se prolongue en el tiempo.
“Estamos completando un tercer año de sequía en la región, que da lugar a esta bajante, que es la más larga de la historia en 140 años. Es una situación extraordinaria. En enero de este año tuvimos en Paraná y en la rivera entrerriana y santafesina lecturas inferiores al cero, muy críticas”, aseveró el especialista.
Las condiciones muestan un incremento sustencial en los últimos días, impulsado por las lluvias reguistradas.
“Hoy estamos mucho mejor y, si bien es cierto que no hay una perspectiva climática que nos permita saber cuándo vamos a tener lluvias normales, se han dado algunas precipitaciones en las últimas semanas en la región que nosostros caracterizamos como de respuesta hiodrológica rápida, ya que se dieron en el corazón de la cuenca del Plata, que la parte central de la alta cuenca del Paraná en Brasil, la zona más cetrcada a Misiones y Paraguay, que es la cuenca del Iguazú”, apuntó Borus.
El integrante del INA se ilusionó con una pronta aunque medida recuperación en el corto plazo.
“Todo está dando lugar a una mejora de corto plazo acotada, que va a hacer que en Paraná se vuelva a tener lectura de escalas sobre el cero. Se podría estar en el orden de 40 o 50 centímertros en las próximas semanas, muy lejos de los valores normales”, explicó.
Pese a que no existe un análisis o una perspectiva que pueda confirmarlo, el especialista mencionó que la situación tendería a normalizarse en los primeros cuatro o cinco meses de 2023.
“Si bien es cierto que es un contexto extraordinario, la variedad climática puede mostrar diferentes situaciones. El horizonte de presunción es muy corto y no se puede pronosticar mucho más lejos”, añadió.
“El último registro en Paraná es de 0,82 cm, pero con el repunte del caudal que muestra Yaciretá, que es un 40% superior al de semana anterior, se va a notar en la capital entrerriana. Igualmente hay que evaluar cómo evolucionan las lluvias en octubre para tener un panorama más concreto para el futuro”, concluyó.