El Libra, de bandera lituana y 120 metros de eslora, llegó a Mar del Plata el domingo 19 y ahora navega rumbo al puerto de Douala, en Camerún.
Por Adrián Luciani
aedgarluciani@gmail.com
La reciente partida del buque frigorífico Libra, que cargó unas 2.000 toneladas de variado costero (corvina y pescadilla) en Mar del Plata, con destino a Camerún, no pasó desapercibida por varios aspectos.
En primer lugar, porque hace mucho años, probablemente 10, que en los muelles marplatenses no se veía un buque de estas características, ya que para muchos los reefers son exponentes de una forma arcaica de llevar mercadería frente a los buques que transportan contenedores refrigerados.
Pero su presencia en la terminal de TC2 del puerto de Mar del Plata, motivada por la falta contenedores, también planteó otras cuestiones y generó algunas expectativas.
En diálogo con Argenports.com, Emilio Bustamante, director de TC2, explicó que la llegada de este buque bodeguero, que lleva carga refrigerada, no fue una decisión de esa terminal, sino de un grupo de cargadores.
“No tenían acceso a contenedores por la falta que hay en la Argentina y en el mundo y recurrieron a esta opción para llevar a Africa pescado.
“Son 4 o 5 exportadores –agregó--, que no utilizan el puerto de Mar del Plata. Los que lo utilizan siempre tienen contenedores, tenemos una provisión, lo que pasa que Maerks, provee justamente a los que están cargando todo el año por Mar del Plata”.
Buque porta contenedores London Trader, una presencia regular en los muelles marplatenses.
En tal sentido, dijo que estos exportadores, con menor escala, utilizan otros puertos como el de Buenos Aires.
“Ahora se ven en esta encrucijada y tienen que operar con un barco arcaico porque carga refrigerada no es la mejor manera de exportar, sino el contenedor, que es la perfección del comercio exterior, sobre todo en cargas refrigeradas”.
De todas maneras, explicó que este episodio también tiene su costado positivo para el puerto marplatense.
“Lo bueno es que estos cargadores se han interesados, hemos tenido reuniones con varios dueños de empresas que exportan y tomaron contacto, vinieron a visitar la terminal y quieren ser cargadores habituales del puerto. Algunos, según pudimos hablar con el sector comercial de Maerks, ya van a poder cargar en el próximo buque”.
Ahora se verá si la figura blanca de un algún otro reefer vuelve a aparecen en los muelles de Mar del Plata.
El Libra amarrado, días atrás, en el puerto de Mar del Plata. Foto Daniel Coluccio.
Si bien se trata de un servicio más cargo que el empleo de contenedores, la ausencia de estos podría impulsar el retorno del Libra o de algún barco similar antes de fin de año.
El otro aspecto que merece ser destacado es el que alude al futuro de los buques frigoríficos, ya que si bien hay algunos que aún sostienen que seguirán existiendo, muchos otros los ven como una especie en extinción.
Pero hoy por hoy la pregunta surge obligada: ¿son los reefers dinosaurios que se encaminan rápidamente a su extinción?
Hace un par de años un informe de la consultora de transporte marítimo Dynamar NV aludió a la abrupta caída del número de buques refrigerados y su posible desaparición.
El trabajo señaló que los barcos refrigerados puros transportan solo alrededor del 18% de la carga refrigerada; el resto se transporta en buques portacontenedores.
Incluso mencionó que sólo quedan 574 buques de carga refrigerados convencionales considerables (más de 2.800 m3) y predicen una flota regrigerada de menos de 310 barcos para 2030.
Aparentemente, solo quedan 574 buques de carga refrigerados convencionales considerables en el mundo (es decir, buques con más de 100.000 pies cúbicos de capacidad). Predicen una flota refrigerada de menos de 310 barcos para 2030.
A esto se suman las exigencias derivadas de los nuevos estándares de emisiones de combustibles.
“Como los buques frigoríficos requerían una gran inversión de capital para construir, estaban destinados a durar mucho tiempo, pero debido a su antigüedad no es probable que justifiquen la instalación de depuradores o conversión a combustibles más ligeros”.
Sin embargo, al menos por este año, las dificultades que atraviesa el mercado de los contenedores, con faltantes, congestión y altas tarifas, le han dado a los buques frigoríficos una nueva oportunidad, y a sus propietarios la posibilidad de excelentes negocios.
De hecho hay quienes aseguran que este año ningún reefer en buenas condiciones operativas fue condenado a desguace.
Sin embargo, a largo plazo, es poco probable que se detenga el declive constante de este sector marítimo especializado, ya que se transporta más carga perecedera en buques portacontenedores y los propietarios de buques refrigerados especializados no se atreven a encargar nuevas unidades.