El buque alemán Desdémona descansa en la costa del Cabo San Pablo, Tierra del Fuego. Crédito imagen: @visitushuaia
La costa argentina se extiende aproximadamente por 4.500 kilómetros desde el límite exterior del Río de La Plata hasta Tierra del Fuego, está atravesada por diversos ecosistemas y geografías, además que guarda una historia particular en lo que respecta a naufragios de barcos.
En distintos puntos costeros de nuestro país aún se pueden divisar hundimientos de embarcaciones que albergaron una gran historia y cuyos restos asoman entre la fisonomía de la playa. Conócelos a continuación.
Se trata de un barco de origen escocés que fue construido en 1892 por la compañía naviera británica The Grangemouth Dockyard Company y cuyo casco era de hierro remachado. Tenía tres mástiles y navegaba a vela, además de que era muy reconocible por su mascarón de proa muy distintivo.
En 1911 navegó con bandera noruega desde Newcastle, Inglaterra, hasta Río Gallegos pero cuando llegó al puerto sureño argentino sufrió un incendio en las reservas de carbón que transportaba para comercializar en nuestro país. Durante varios días se intentó apagar el fuego pero el mismo avanzó de manera constante hasta que varios días después fue controlado.
El capitán de la embarcación, Jans Martín Holmsen, fue encarcelado por las autoridades argentinas acusado de “negligencia”, mientras que después hay un vacío en la historia de esta nave que se encontraba atracada frente al Puerto de Río Gallegos y unos días después apareció ensayada en Punta Loyola, una playa que está ubicada a 13 kilómetros de la que en aquel entonces era la capital de Santa Cruz.
Hay distintas teorías sobre su desplazamiento: una asegura que navegó al garete y sin tripulación hasta encallarse, mientras que otra destaca que la Prefectura Argentina intervino para llevarla hasta allí y hasta existe la idea de que pequeñas chatas de la zona intentaron conseguirle una amarra en Punta Loyola. Ninguna de estas versiones pudo ser confirmada, pero lo cierto es que el caso de este barco oxidado y abandonado aún se puede visitar en este sitio.
En el Cabo San Pablo de la Isla Grande de Tierra del Fuego se encuentra encallado desde 1985 el buque mercante Desdémona, que sufrió una avería durante un viaje que estaba realizando entre Comodoro Rivadavia y Tierra del Fuego en ese año.
Este barco fue construido en Hamburgo, Alemania, en 1952 y durante varios años prestó servicios para la empresa Partenreederei A. Kirsten, hasta que fue vendido en la década de 1960 a la compañía argentina Cormorán Líneas Marítimas.
Su historia bajo operación argentina es bastante peculiar porque encalló dos veces: la primera ocurrió en 1983 en Mar de Ajó cuando en una madrugada se topó con un banco de arena, producto de la densa bruma que había, y viajaba con el sistema de comunicaciones dañado por el impacto de un rayo. La embarcación pudo salir por sus propios medios de esa situación y se trasladó al puerto cercano de Mar del Plata para que le hicieran las reparaciones pertinentes. Luego, siguió prestando servicios en forma normal durante dos años hasta que le llegó la hora definitiva.
En 1985 el Desdémona se encontraba navegando desde Comodoro Rivadavia hasta Tierra del Fuego con 20 tripulantes y cargado por 20 mil bolsas de cemento cuando el motor sufrió una avería que le impedía navegar a una velocidad mayor a cinco nudos. Se intentó repararlo en Ushuaia pero el desperfecto persistía. Cuando el buque se encontraba navegando hasta Río Grande a baja intentó circular muy cerca de la costa para evitar las fuertes ráfagas de viento y tras pasar el Cabo San Pablo tocó fondo. El capitán intentó evadir esa situación pero en la maniobra terminó imputando a una restinga que no se encontraba en la carta náutica.
Esto produjo un corte en el casco de la nave que comenzó a inundar las bodegas y por eso el capitán decidió emplear la fuerza que le quedaba al montar para varar intencionalmente al barco en la costa y evitar su naufragio. Con el tiempo se dirigió hasta allí una inspección de la armada con la intención de sacarlo, pero el buque finalmente quedó abandonado en el lugar y aún se puede visitar en la bajamar.
Este buque a vapor de bandera alemana fue construido en 1872 en Hartlepool, Inglaterra, pero pertenecía a la Compañía Kosmos de Hamburgo y a lo largo del tiempo en el que prestó servicio sufrió varios accidentes hasta que finalmente terminó encallando en la costa de Punta Médanos, una paraje del Partido de la Costa que se encuentra a unos 50 minutos de Villa Gesell.
Algunos de los accidentes que sufrió esta nave fueron los siguientes: primero encalló en Punta Arenas, Chile, aunque gracias a una crecida del agua logró recuperar su curso. Luego chocó contra una roca y quedó varado en el Canal Smith del Estrecho de Magallanes y logró zafar de la situación por la ayuda que recibió de dos naves militares que pasaban por la zona: la fragata Cher de la Armada Francesa y la corbeta chilena O´Higgins.
En 1876 el Karnak chocó en el puerto de Montevideo, Uruguay, con el barco inglés Lady Vere de Vere, lo que le provocó varios daños. Finalmente volvieron a conocerse noticias de este buque de bandera alemana cuando encalló frente a Punta Médanos, como se mencionó anteriormente.
Las crónicas de la época detallan que una investigación realizada por la Administración Nacional de Hamburgo dictaminó que el capitán Carlsen que estaba a cargo del navío se guío por mapas erróneos y provocó que su buque terminara barajado en las costas del Mar Argentino. El Karnak permaneció sumergido durante 20 años, hasta que en 1920 su fisonomía emergió y se hizo completamente visible.
Con el paso del tiempo la erosión del agua de mar y el viento comenzaron a socavar su estructura, que cada vez se fue dañando y reduciendo más. En la actualidad todavía quedan algunos restos de esta nave que se pueden visitar en Punta Médanos.
Crédito: Juan Pablo Estevez / NA