Marcos Zar: el Padre de las Alas Navales Argentinas

20 septiembre 2021

Pionero de la Aviación Naval. Fue vicealmirante piloto aviador naval, fundador de la Aviación Naval y su Comandante por más de catorce años consecutivos. Falleció el 19 de septiembre de 1955.


Visionario, precursor y fundador, mantuvo los principios, los que transmitió con su ejemplo, de que volar para la Armada es una tarea de marinos, cual el navegar en los mares y ríos; tareas profesionales, plenas de profesionalismo y eficiencia.


Redacción Argenports.com

   Marcos Antonio Zar no fue precisamente un militar de escritorio, sino un hombre de acción que desplegó en su vida numerosas acciones destacables, no sólo para la Aviación Naval, sino también para la comunicación con la Patagonia, a comienzos del siglo pasado.

   Nació el 31 de mayo de 1891 en Capital Federal y pasó su niñez en las cercanías de Venado Tuerto, donde desde pequeño sintió un gran afecto por los temas concernientes a la defensa nacional.

   Fue así que con apenas quince años ingresó a la Escuela Naval Militar, para comenzar su carrera naval.

   El 11 de marzo de 1911 se materializó el primer sueño de su vida al egresar como Guardiamarina. Desde allí comenzó su carrera en la Armada , con una ilustre trayectoria que lo llevó a ser uno de los fundadores de la Aviación Naval.

almirante zar

Marcos Zar en Pensacola junto a los tenientes de fragata Fitz Simon y Pouchan. Y en 1919 cuando batió el récord de velocidad y distancia sobre el mar. Fotos Gaceta Marinera.

   Primeramente empapó su alma con agua de mar. Fue destinado: al crucero “Buenos Aires”; a los cruceros acorazados “San Martín”, “Garibaldi” y “Pueyrredón”; por ese entonces, unidades más poderosas de la Armada.

   En 1913 – promovido a Alférez de Fragata- fue destinado al acorazado “Rivadavia”, una de las naves con mayor poder de fuego.

   Allí, Zar pudo lucirse como artillero y obtener – por su desempeño – el ascenso a Alférez de Navío y el premio del diario “La Prensa” de Buenos Aires.

Viaje a los Estados Unidos

   Los Estados Unidos de América cursaron en el año 1916 una invitación a la Armada Argentina para que un grupo de sus oficiales realizaran una serie de cursos en Institutos de la Armada Norteamericana, a fin de adquirir conocimientos en: artillería, comunicaciones, armas submarinas y aviación.

   Para el servicio aeronáutico fueron designados dos de los diez oficiales que concurrirían a los cursos (los dos accedieron voluntariamente) y un tercero fue forzado a hacerlo: un joven y destacado artillero, el Alférez de Fragata Marcos Zar.

   En septiembre de 1917 obtuvo el patentamiento como Aviador Naval, del curso de pilotos aviadores navales que realizó en Pensacola – Florida, EEUU –, junto a los Tenientes de Fragata Ricardo Fitz Simón y Ceferino Pouchan. Obtuvo del mismo el brevet internacional Nº 96.

   Una vez finalizada la instrucción, ya graduados se dirigieron a Europa integrando la Fuerza Expedicionaria Norteamericana. Realizaron también cursos de postgraduados en escuelas de combate (Italia, Gran Bretaña y Francia), e integraron unidades navales aéreas operativas donde pudieron vivenciar todo lo aprendido en Pensacola escaso tiempo atrás: patrullajes, convoyajes y acción antisubmarina.

Primer-vuelo-de-Zar-en-Pensacola-con-N9H-1917

Primer-vuelo-de-Zar-en-Pensacola-con-N9H-1917

   Una vez finalizada la guerra, Zar realizó en unidades de la Aviación Italiana cursos de alta capacitación en acrobacia y caza, entre otros.

   Experimentado en la acción, Marcos Zar vuelve al país finalizada la guerra. A su regreso, encuentra una Aviación Naval cuya situación era crítica – ya que casi carecía de vuelos por falta de medios -, vuelven al país a impartir enseñanzas de las experiencias recibidas.

   La Misión Aeronáutica Italiana llegó al país en marzo de 1919 e instruyó al personal de la Marina con aviones construidos en Italia.

   De regreso a Italia, la Misión obsequió al Ministro de Marina cuatro hidroaviones, coincidiendo con la creación de la División Aviación Naval dependiente de la Secretaría del Ministerio.

Creación de la Aviación Naval

   La creación moderna y definitiva de la Aviación Naval acontece el 1º de noviembre de 1919, cuando se acepta y recibe esta donación de la Misión Aeronáutica Italiana.

   Zar participó en los vuelos, records mundiales sobre mar y ríos, con los Macchi y luego permaneció junto a sus ex compañeros del curso de Pensacola, en San Fernando – donde se encontraban las instalaciones, un hangar y dos hidroaviones MACCHI M-9 y dos hidros MACCHI M-7, donado todo por la misión italiana-.

   El 30 de marzo de 1920 el entonces Teniente de Fragata Marcos Zar, se embarcó nuevamente a Estados Unidos.

   Bajo su supervisión: tres oficiales del cuerpo general, dos oficiales ingenieros y diez suboficiales y cabos, realizaron el nuevo curso de pilotos aviadores navales y se especializaron en diferentes ramas de la Aviación Naval.

Macchi-M7-Tte-Zar-Vuelo-a-Asuncion-1920

Macchi-M7-Tte-Zar-Vuelo-a-Asuncion-1920. 

   Zar, fundador de la Aviación Naval, ya había hecho sus primeras armas, ya había obtenido sus primeros récords internacionales y sus aviones ya tenían la escarapela y el ancla.

   Ahora vendría el reconocimiento, ardua y no fácil labor.

   El 29 de noviembre de 1956, luego de años de espera, se sancionó el Decreto Ley Nº 2.578/958, donde amplia y fundamentadamente se nombra al vicealmirante Marcos Zar como uno de los “Fundadores de la Aviación Naval”, homenaje póstumo, ya que sus días habían terminado el 19 de septiembre de 1955.

   Asimismo, Zar formó parte de la primera Plana Mayor de la Escuela de la Aviación Naval de Puerto Belgrano, ejerciendo el cargo de Jefe de Plana y Maniobras Aeronáuticas; fue Comandante de la Fuerza Aeronaval Nº 1.

   Visionario, precursor y fundador, mantuvo los principios, los que transmitió con su ejemplo, de que volar para la Armada es una tarea de marinos, cual el navegar en los mares y ríos; tareas profesionales, plenas de profesionalismo y eficiencia.

   Su ejemplo, al igual que el resto de los fundadores de la Aviación Naval, se enseña hoy en las aulas a los nuevos pilotos.

   “El Aviador Naval es ante todo y por doctrina, un Marino, al que su vocación por el vuelo lo empeña en el empleo de la Aviación para la defensa de la Patria en el mar”, reza el axioma que ha mantenido desde su creación la Escuela de Aviación Naval de Punta Indio donde se forman los pilotos de la Armada Argentina.