El muelle de Compañía Mega albergó entre 2008 y 2018 a los regasificadores, luego a la barcaza de licuefacción Tango, que efectuaba el proceso inverso, y ahora podría volver a recibir a un regasificador.
Redacción Argenports.com
Aunque nadie quiere que regrese, ya que su empleo implica una sangría de dólares que la Argentina no está en condiciones de afrontar, hoy por hoy nadie descarta el funcionamiento de un segundo barco regasificador en el país.
Hasta ahora todas las fichas apuntan al puerto de Bahía Blanca, donde este tipo de buques vino funcionando durante 10 años (2008- 2018) y está prácticamente toda la infraestructura disponible.
Un buque metanero, a la izquierda, es abastecido por un buque regasificador en Bahía Blanca.
Días, atrás, en diálogo con el diario Río Negro, el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, no descartó dicha opción.
“Estamos revisando la posibilidad de que funcione un segundo buque regasificador y esperamos que no sea necesario, pero no lo puedo asegurar para el primer año porque realmente vamos a estar muy justos con la producción”, sostuvo el funcionario.
En octubre de 2018 Mauricio Macri despidió al último regasificador bahiense durante un acto donde lanzó durísimas críticas hacia la política energética del kirchnerismo al señalar que ese barco "es un símbolo que nos lleva a expresar la inacción, la incapacidad y el despilfarro".
Luego, en lo que muchos no duraron en calificar como una burda foto de campaña, el ex jefe de Estado anunciaba la llegada de la barcaza destinada a convertir en GNL para exportación el gas de Vaca Muerta, aludiendo a que la Argentina había logrado iniciar el camino de la importación.
Sin embargo, el proceso de ventas de gas natural licuado al exterior fracasó estrepitosamente por el derrumbe de los precios internacionales, mientras que el buque anclado en Escobar batía records de regasificación en el mundo.
Según la empresa estatal Integración Energética Argentina S.A. (IEASA), en 2020 se lograron los mejores precios en 12 años y el buque trabajó a pleno en el invierno pese a que el consumo industrial estuvo planchado.
Dos buques en el muelle de Compañía Mega, en Bahía Blanca.
Ahora, tras la salida de la barcaza de licuefacción “Tango” comienza a hablarse de la necesidad de contar con más de una boca para la importación de GNL, sobre todo la gran dependencia que aún tiene la Argentina de este combustible.
Aunque políticamente podría ser visto como un paso hacia atrás, con el regreso a los años de costosas importaciones, lo cierto es que hoy el GNL registra en el exterior precios convenientes para la importación y durante 2021, pese a una esperable recuperación, seguirá siendo una opción viable desde el punto de vista económico.
Si bien luego se le sumó el de Escobar, el puerto de Bahía Blanca fue el primero en recibir a los enormes buques llamados metaneros, cargados con gas natural licuado (GNL) que luego de ser regasificado en otro buque de igual tamaño, pero con diferentes características, ingresa a la red nacional para contribuir en el abastecimiento de gas a hogares e industrias.
Fue entre el 17 y el 19 de junio de 2008 que el primer metanero, el Excelerate de bandera belga, trasvasó 58.671 toneladas al regasificador Excelsior -–también belga-- y se transformó en el primero de los más de 300 que llegaron al muelle de Compañía Mega, en el sector conocido como Cangrejales, entre 2008 y 2018.