Varios factores fueron analizaron para poder arribar a una conclusión sobre la evolución del agua que circula por el Paraná.
Redacción Argenports.com
La tendencia oscilante que muesta el río Parana en todo el tramo argentino corresponde a aguas bajas.
Juan Carlos Bertoni, presidente del Instituto Nacional del Agua (INA), señaló que es necesario analizar tres aspectos concurrentes: climáticos, hidrológicos y de gestión hídrica de un río compartido por dos o más países.
En relación a los aspectos climáticos, indicó que la región acaba de salir de una sequía extraordinaria que fue caracterizada, entre otros aspectos, por la ocurrencia de tres períodos La Niña seguidos. Ello produjo la ocurrencia de lluvias débiles o, incluso, inexistentes.
En los últimos meses este fenómeno climático global de El Niño/La Niña ya presentó una fase neutra y por estos días la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha indicado, incluso, la instalación de condiciones climáticas correspondientes a un nuevo evento de El Niño.
Este acontecimiento traería como consecuencia para la Cuenca del Plata “mayores precipitaciones que las normales”. Sin embargo, actualmente se transita los meses de invierno, en los cuales es típico la ocurrencia de lluvias débiles o inexistentes.
“Es de esperar que las lluvias ocurran mayormente cuando termine el invierno. Es por todo ello que en este momento no tengamos lluvias significativas en la cuenca del río Paraná, como para que produzcan un gran cambio de tendencia en los caudales”, agregó.
El segundo aspecto a tener en cuenta es el hidrológico. En este sentido, Bertoni sostuvo que “es necesario detallar que al río Paraná aportan cuencas de gran extensión y que, por lo tanto, son cuencas que poseen una recuperación lenta”.
“Las cuencas en este momento se encuentran en su fase de recuperación hidrológica, aumentando progresivamente su humedad desde el periodo de extensa sequía mencionado anteriormente”, acotó.
En esta línea, el presidente del INA destacó que “no existe una lluvia tal que permita la recuperación inmediata e instantánea o de muy corto plazo de semejante tamaño de cuencas”, y explicó que “en términos generales esto requiere de un tiempo en el cual ocurran lluvias sucesivas.”
Finalmente, Bertoni resaltó que los aspectos de gestión hídrica cumplen un rol fundamental, máxime cuando el río es compartido con otros países, como en el caso del río Paraná, con Brasil y Paraguay.
Advirtió, asímismo, que Brasil posee en su territorio un conjunto importante de represas, indicando que “la presencia de esas presas ha sido altamente beneficiosa para la Argentina sobre todo durante el período de bajante”.
Y opinó que “si no hubiesen existido las represas de Brasil, incluso la compartida con Paraguay como Itaipú, y Yacyretá (entre Argentina y Paraguay), realmente la bajante hubiese sido mucho más significativa. Se hubiera observado en todo el tramo del Paraná Medio niveles del río muy inferiores a los que realmente se percibieron”, y afirmó que las represas “han sido beneficiosas para regular la ocurrencia de caudales extremos, fundamentalmente para elevar los caudales mínimos”.
Bertoni también mencionó que ese efecto se observa desde el período de 1970 hasta la actualidad, y deja en evidencia que los caudales mínimos en términos generales siempre han sido superiores a los que “naturalmente podrían haber ocurrido si no hubiesen existido las represas”.
Por último, indicó que “la situación actualmente imperante es diferente de aquella correspondiente a décadas pasadas. Ocurre que tiempo atrás existía la necesidad permanente de Brasil de generar hidroelectricidad a partir de las represas que están sobre el río Paraná o sus afluentes, y ello aseguraba a la Argentina caudales más sostenidos en el río. Actualmente, Brasil ha desarrollado un sistema interconectado de electrificación a partir del cual puede generar alternativamente desde las represas del río Amazonas como también desde los parques eólicos del nordeste”.
“Si bien las relaciones entre Argentina y Brasil en materia hídrica han sido buenas a lo largo del tiempo, la situación de la bajante extraordinaria se convirtió en una oportunidad para aumentar positivamente dicha relación”, subrayó Juan Carlos Bertoni, presidente del Instituto Nacional del Agua (INA).
Como conclusión, el presidente del INA indicó que si bien es muy importante lograr un acuerdo de caudales mínimos con participación de las cancillerías de Brasil y Argentina, también es cierto que actualmente los niveles técnicos y políticos de ambos países mantienen un intercambio de informaciones muy frecuente, que ayuda a sobrellevar las variaciones que el clima y las condiciones de las cuencas hidrográficas imponen.
Las reuniones se suceden con la participación de las cancillerías respectivas, del Instituto Nacional del Agua (INA) y su equivalente en Brasil que es la Agencia Nacional de Agua y Saneamento (ANA), como también de los Ministerios de Obras Públicas (por Argentina) y de Medio Ambiente (por Brasil), incluyendo a su vez los operadores del despacho eléctrico de ambos países (CAMMESA y ONS respectivamente).