“La pesca regulada debe cumplir con infinidad de normas y regulaciones, para que al mismo pez se lo lleven pesqueros que no cuentan siquiera con chalecos salvavidas”,
“¿Cuántos miles de dólares dedican la Prefectura Naval y la Armada argentinas para monitorear y patrullar la Zona Económica Exclusiva y perseguir a los pesqueros ilegales?”, se pregunta Milko Schvartzman, especialista en Conservación Marina.
“Si las flotas no estuvieran allí, no habría necesidad de tanto despliegue”, agrega.
Luego se pregunta: ¿cuántos empleos pierde la industria pesquera nacional por no poder competir con barcos que capturan las mismas poblaciones de peces, pero que no cumplen con ninguna regulación ambiental, sanitaria, laboral, impositiva ni de seguridad de la navegación?
“La pesca regulada debe cumplir con infinidad de normas y regulaciones, para que al mismo pez se lo lleven pesqueros que no cuentan siquiera con chalecos salvavidas”, señala.
Schvartzman, quien también es miembro del Círculo de Políticas Ambientales, acaba de publicar en el diario Perfil una columna de opinión que lleva por título “Por qué Argentina termina subsidiando a los pesqueros ilegales que depredan el Océano Atlántico Sur”
“¿Cuántos millones de dólares de ingresos pierde la Argentina por tener que vender en los mercados internacionales a los precios artificialmente bajos a los que venden las flotas no reguladas y de pesca ilegal?”, dijo.
“La Unión Europea, por ejemplo, no distingue entre pesca regulada y pesca a bordo de un pesquero taiwanés denunciado por esclavitud y muerte a bordo”, añadió.
Seguidamente se preguntó ¿cuánto afecta a la industria del ecoturismo de avistaje de especies, cuyas colonias habitan en la costa argentina y están protegidas por leyes nacionales y provinciales, la pesca ilegal?
En tal sentido, dijo que está documentado cómo las flotas coreana y china capturan intencionalmente lobos y elefantes marinos.
“¿Cuántas capturas se pierde la industria argentina porque la misma se va en un pesquero español a Vigo a través de Montevideo?
“Aún –continuó--, cuando se pesca ilegalmente y en puerto se detecta la falsificación de las declaraciones de captura en un barco como el español Playa Pesmar Uno por ejemplo, la UE, sigue subsidiando a esas flotas y Uruguay sirviendo de base de apoyo”.
El conservacionista invita a reflexionar sobre ¿cuántas vidas de argentinos se arriesgan al proteger nuestro mar y a la soberanía?
“Recordemos que parte de la misión del ARA San Juan era vigilar a los pesqueros piratas y que semanas previo al hundimiento fue atacado por el pesquero chino Lu Rong Yuan Yu 883.
“Si hacemos la cuenta, el precio que Argentina paga debido a la depredación que realizan las embarcaciones de China, España, Corea del Sur y Taiwán es muy alto.
“Es un costo inaceptable para una economía tan frágil, con alta pobreza y desempleo. Pero no es solo Argentina quien paga la destrucción de los mares, los mismos problemas afectan a Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, entre otros”.
En cuanto a cómo afrontar el problema de la pesca ilegal Schvartzman señaló que no existe una única medida para afrontar este problema, sino un abanico de iniciativas que, articuladas, pueden frenar la sobreexplotación de los recursos pesqueros y los problemas asociados que conllevan. Una de ellas es poner fin a los subsidios estatales.
“Estas flotas pesqueras, llamadas ‘de aguas distantes’, son enviadas por sus Estados de bandera a otras regiones del mundo debido a que sus caladeros ya fueron agotados o están al límite de explotación.
“Tienen exceso de capacidad pesquera y necesidad de alimentos de calidad y baratos; en sentido estricto, lo de ‘barato’ es para ellos, no para los países costeros en desarrollo costeros y el ecosistema marino”.
En su opinión, ¿cómo es posible que sea rentable enviar sus barcos desde miles de kilómetros de distancia, en el Hemisferio Norte, hacia Latinoamérica?
“La respuesta es que no es rentable, solo que sus Estados de bandera gastan entre 23 y 30 mil millones de dólares al año en subsidios a la pesca destructiva e ilegal.
“Esta semana se reunirá la Organización Mundial del Comercio –OMC- para ir cerrando una negociación que ya lleva más de veinte años y que tiene como objetivo poner fin a estos subsidios dañinos del ambiente marino y la economía de los países en desarrollo. Hace más de una década que las negociaciones alrededor de los subsidios a la pesca vienen fracasando”.
Luego indicó que debido a ello, la Organización de las Naciones Unidas -ONU- incluyó alcanzar esa meta entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2020.
“El plazo ya venció, pero las chances de que este año se definan los lineamientos de la prohibición son altas. El próximo 15 de julio, cuando se celebre el encuentro de la OMC será necesario que Argentina y Latinoamérica se mantengan fuertes en la defensa de nuestros recursos y economías”.