A la izquierda, sector costero conocido como Puerto Piojo de Dock Sud y a la derecha, el ubicado en el Puerto de Bahía Blanca.
Adrián Luciani
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Ambos se llaman igual pero muy poco conoce uno del otro, pese a estar en el mismo país, y en la misma provincia.
Uno está ubicado en la zona del Puerto de Dock Sud y el otro en Bahía Blanca.
El primero es una playa de arena en el Riachuelo, a unas 50 cuadras de Plaza de Mayo, con arena, donde los vecinos solían tomar mate, bañarse y comer asado a la sombra de los árboles.
El segundo es un sector en el puerto de Ingeniero White, también conocido como banquina de pescadores.
Días atrás el Museo del Puerto de Bahía Blanca realizó un interesante intercambio cultural con el «Puerto Piojo» del Riachuelo y en sus redes sociales compartió un texto donde señala que todo comenzó en 2014, cuando tomaron conocimiento de un puerto homónimo.
“¿Cómo? ¿No estaba sólo el “Puerto Piojo” de Ing. White? ¿Qué lugar exploraba ese colectivo cuando iba al encuentro de un “Puerto Piojo” hermano en la ribera del Río de la Plata?
“Supimos que estaba en busca de un antiguo balneario popular en la desembocadura del Riachuelo, el cual algunas personas de La Boca, Isla Maciel y Dock Sud recordaban haber disfrutado hasta su cierre en 1976. Esa zona es actualmente de acceso restringido, pero el grupo de “Expediciones…” pudo encontrar, volver a nombrarla y a pensarla como una playa después de décadas de olvido”.
Puerto Piojo en la zona de Dock Sud. Foto gentileza Museo del Puerto Bahía Blanca.
Luego señaló que para seguir actualizando ese espacio, que dice mucho sobre la relación presente de la ciudad con el río, desde entonces proponen recorridos por el lugar, muestras, actividades y redes con otros espacios ribereños.
“Estas actividades incluyeron intercambios con el Museo del Puerto: en 2017 una de sus exploraciones consistió en conocer nuestro ‘Puerto Piojo´ de Ing. White”.
“El sábado pasado pudimos devolver esa visita. Fuimos finalmente a conocer el “Puerto Piojo” de Dock Sud”.
Allí entrevistaron a Estela Barba, una vecina que creció en La Boca y que habló sobre sus días de verano pasados hasta los 12 años en esa costa.
Playa en Puerto Piojo de Dock Sud. Foto La Nación.
“Supimos que su familia ya usaba el lugar en la década del `30 y que esa experiencia se cortó en la última dictadura militar, cuando el arroyo Maciel se rellenó como parte de la construcción de la autopista Buenos Aires-La Plata.
“La charla con Estela estuvo alimentada por materiales de la misma playa: ver remolcadores y cargueros en el horizonte, prestar atención al silencio con pajaritos, proyectar la sombra toda entera estirada en el piso al atardecer.
Ubicación en el mapa. Foto Docke en la Memoria.
“Cuando le preguntamos qué es “Puerto Piojo” para ella, si parte de su experiencia de la ciudad o una experiencia fuera de ella, dijo: “Es un secreto”. Un recuerdo que estuvo a punto de borrar, si hasta pensó que lo había inventado ella misma. Fue recién con estas expediciones que volvió a parecerle realidad”.
En cuanto al Puerto Piojo bahiense, conviene aclarar que no siempre funcionó en el mismo lugar, sino que su actual ubicación se remonta a mediados de la década del 60, luego que en 1966 la construcción de nuevos elevadores terminó exigiendo una relocalización hacia el sector ubicado entre los muelles de Hierro y Nacional.
Primer Puerto Piojo en el puerto de Bahía Blanca. Foto Argenports.com
Pero las obras dispuestas por la administración nacional, que por entonces manejaba el puerto, se demoraron bastante e incluso generaron varias protestas, sobre todo porque el lugar se había convertido en un cementerio de embarcaciones repleto de basura.
Esos fueron, precisamente, años muy duros, sobre todo porque durante más de tres temporadas los camarones y langostinos no se hicieron presentes en las aguas del estuario bahiense.
Comienzos del Puerto Piojo actual, en la década del 70. Foto Alcira Martellini.
Luego vinieron algunos años dorados en Puerto Piojo, pero también varios de redes y cajones vacíos.
Hace dos décadas unas 250 familias vivían directamente de la pesca artesanal y diez años después su número se vio drásticamente reducido por la falta de capturas y de medios económicos para proveerse de embarcaciones más grandes, capaces de ampliar las zonas de pesca, entre otras cuestiones.
Sector de Puerto Piojo en la actualidad. Donde el Consorcio encarará su puesta en valor. Foto Argenports.com
En 2011 muchos pescadores aceptaron el pago de una suma de dinero por parte del Consorcio y la Provincia para reconvertirse y dejar una actividad que cada vez resultaba menos lucrativa.
Luego de numerosos conflictos se llegó hasta este presente donde un puñado de embarcaciones continúa pescando y ahora el espacio de la banquina de pescadores comenzará a ser recuperado por el Consorcio de Gestión del Puerto.