El buque argentino llega a la posición de la nave germana y comienza a abastecerla de víveres y combustible.
Redacción Argenports.com
Tras 54 días de misión humanitaria en aguas antárticas, el rompehielos "Almirante Irízar" regresó el 18 de agosto de 2002 al Puerto de Buenos Aires, siendo recibido por veleros, familiares, curiosos, la cúpula de la Armada Argentina y una persistente lluvia.
La embarcación amarró alrededor de las 15 en la dársena Norte de la terminal portuaria, con los 172 tripulantes --entre ellos una oceanógrafa--, que participaron de la operación Cruz del Sur, por la cual proveyeron de víveres y equipamientos al buque científico alemán "Magdalena Oldendorff", atrapado en los hielos antárticos.
Más de 300 embarcaciones recibieron al rompehielos en el puerto de Buenos Aires.
El "Irízar" concluyó así la expedición iniciada el 25 de junio, a pedido de la empresa propietaria del "Oldendorff", de bandera liberiana, debido a que el buque había quedado atrapado entre los hielos.
El titular de la Armada, almirante Joaquín Stella, felicitó a la tripulación del rompehielos, resaltó su "profesionalismo" y comparó esta expedición con la realizada en 1903, para asistir a otro buque en problemas. En esa oportunidad la corbeta "Uruguay", al mando del teniente de navío Julián Irízar, rescató a una expedición sueca.
"La misión ha sido cumplida con todo éxito y, como se dice en nuestra Armada, 'bien hecho'", afirmó Stella, quien, según señalan las crónicas periodísticas de 2002, reconoció sentirse "embargado" por la emoción.
No había antecedentes de otra operación realizada en esta época del año por lo que “Cruz del Sur” fue un hito en la historia del “Irizar”.
Complicando aún más la misión, a punto de llegar al continente blanco el “Irízar” –al mando del Capitán de Fragata Héctor Tavecchia– soportó los embates de una tormenta de tres días que le ocasionó algunos daños.
El mar austral no ofreció una cálida bienvenida y complicó las tareas de rescate.
En pleno invierno, el “Irízar” navegó entre mosaicos de hielo hasta que el mismo se hizo compacto, grande, denso. Era el 11 de julio, con temperaturas de 20ºC bajo cero, el doble de sensación térmica y tormentas de nieve cada vez más frecuentes que reducían las chances de operar desde los helicópteros embarcados en el rompehielos.
La operación se desplegó con temperaturas de 20ºC bajo cero y el doble de sensación térmica
Si bien "Cruz del Sur" tenía por objetivo traspasar la densa barrera de hielo que acorralaba al "Oldendorff" y dejarlo en aguas abiertas, además el "Irízar" le acercó decenas de toneladas de alimentos, combustibles y medicinas al buque alemán.
El teniente de navío médico Juan Carlos Campana quedó a bordo del "Magdalena" como asistencia sanitaria adicional.
El Irizar abre paso en los hielos antárticos y libera al buque alemán.
Tras la asistencia argentina, la embarcación fue ubicada --mediante la apertura del paso del buque militar-- en una zona sin peligro de quedar nuevamente atrapada, a la espera de la llegada de la primavera austral.
El "Irízar" es la segunda unidad de la Marina de Guerra construida para la tarea específica. Su antecesor, el rompehielos "General San Martín", operó en aguas antárticas entre 1954 y 1979. El 26 de enero de 1989 alcanzó la latitud más austral navegada por buque alguno, en el Mar de Weddel: 78o 21'sur.
Pero este no fue el único rescate del rompehielos nacional. El 31 de enero de 2000, un crucero de bandera bahameña, el "Clipper Adventurer", quedó atrapado por los hielos durante un paseo por los paisajes antárticos.
Mientras participaba de la campana antártica de verano, el "Irízar" recibió el pedido de auxilio del crucero, de 100 metros de eslora y 16 de manga, y acudió en su ayuda.
El rompehielos se ubicó a unos seis kilómetros del buque --atrapado a unos 1.400 kilómetros de Ushuaia--, abriéndose paso a través de la capa de hielo y lo llevó hasta aguas abiertas..
El "Irizar" marca el camino mientras es seguido por el "Clipper Adventure".
El "Clipper Adventurer" contaba con 186 ocupantes --71 tripulantes y 115 pasajeros en su mayoría estadunidenses y canadienses--, quienes resultaron ilesos.