¿En qué puerto argentino amarrará? Este tipo de barcos tienen una eslora de 144,4 metros, 30 metros de manga, un calado de 5,6 metros y 69 tripulantes. Aún no hay nada decidido pero se menciona como posible la construcción de una planta flotante.
Redacción Argenports.com
“Propusimos toda una esfera de cooperación: la construcción de una central grande, la de reactores medianos y, tercero, una central nuclear flotante”.
La frase pertenece a Dmitry Feoktistov, el embajador ruso en Argentina, y fue pronunciada hace poco más de un mes, reavivando antiguos proyectos, algunos presentados en 2008, para producir el desembarco nuclear ruso en la Argentina.
El tema fue vuelto a poner en el tapete anoche por el periodista Jorge Lanata, quien dijo en su programa televisivo Periodismo para Todos (PPT), que el supuesto plan para poner en marcha esos negocios energéticos con el país europeo-asiático se reactivó con el regreso del kirchnerismo al poder y gracias a la diplomacia asociada a las vacunas contra el coronavirus que produce el Instituto Gamaleya de origen ruso.
Según Lanata, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner nombró personal propio en sectores clave de la energía desde que el Frente de Todos asumió en el poder en 2019 y dijo que estas negociaciones para impulsar la energía nuclear con tecnología rusa caminan en paralelo con la llegada de la Sputnik V a la Argentina.
Pero cabe recordar que las palabras del embajador Dmitry Feoktistov no fueron ni la primera ni la última expresión de deseo de las autoridades rusas en este último año.
El pasado martes 20 de abril, cuando Martín Guzmán cerró su gira europea con una visita a Moscú, declaró ante medios locales que había dialogado sobre los proyectos de Rosatom, la empresa estatal rusa que controla sus plantas nucleares, y miembros de la comitiva aseguraron que el ministro se llevó unas carpetas con detalles de la compañía.
“La Secretaría de Energía está dialogando hace tiempo con Rosatom”, detallaron por lo bajo en la cartera de Economía, al tiempo que en el gobierno nacional hacen hincapié en que las propuestas son por dos proyectos: uno de gas y otro de una central nuclear.
No mencionan la central nuclear flotante, como sí lo hace Rusia. Tal como admiten en Casa Rosada y con el contexto de la compra de las dosis de Sputnik V, los contactos con la embajada en Argentina son frecuentes desde hace tiempo.
La única central flotante que existe en el mundo es rusa y está amarrada en el puerto Pevek, a orillas del Ártico, un área estratégica para las ambiciones políticas y económicas de Moscú.
Según la agencia de energía atómica de ese país al menos 12 países (entre los que se encuentran Argelia, Argentina, Cabo Verde, Canadá, China, Indonesia y Malasia han mostrado interés por adquirirlas.
El 14 de septiembre de 2019, la primera central nuclear flotante, Akademik Lomonosov arribó a su destino permanente en la región de Chukotka y comenzó sus operaciones el 19 de diciembre de 2019,
La primera central de este tipo comenzó a tomar forma en 1961 cuando la Armada de los Estados Ubnidos inició un programa para reacondicionar un viejo carguero de la Segunda Guerra con un reactor nuclear.
El buque, llamado MH-1A Sturgis, era capaz de generar 45 MW eléctricos y suministró electricidad al Canal de Panamá entre 1968 y 1973, permitiendo, durante la guerra de Vietnam aumentar el número de barcos que cruzaban el canal. El fin de la guerra y los elevados costes de operación pusieron fin al proyecto.
Ante los fuertes cuestionamientos recibidos, los responsables rusos aseguran que las centrales estarán equipadas con los más modernos mecanismos de seguridad, como identificación mediante huella dactilar e iris para evitar que los terroristas puedan acceder a ellas.
También señalan que estarán protegidas mediante un dique y cinco barreras herméticas de seguridad, por lo que resistirían un ataque mediante buzos o un avión que se estrellara contra ellas
“Ahora bien, ¿cuál es el interés de Rusia por fabricar también en la Argentina una central de estas características y por qué recién ahora volvió a la carga con los sucesivos acuerdos que se firmaron desde 2008 a la fecha?, se preguntó el medio La Crítica.
Moscú asegura que la oferta siempre estuvo y en la Casa Rosada mantienen su postura negociadora. Lo cierto es que el 24 de febrero de este año la agencia rusa de noticias Russia Tass abrió una nueva hipótesis al publicar que “la entrega de la vacuna rusa a la Argentina activa la cooperación bilateral”.
El gobierno nacional evita relacionar ambos temas y en Moscú no lo afirman, pero tampoco lo niegan.
El excanciller Jorge Faurie reconoció que el Kremlin en reiteradas oportunidades “le recordó” a la Argentina los proyectos nucleares pendientes y afirmó: “Es lógico que Rusia diga ‘vos querés mi vacuna, yo quiero una central nuclear’”.
Ricardo Lagorio, embajador argentino en Moscú de 2017 a 2020, aseguró que Rusia quiere “aprovechar el nuevo momento Sputnik”, una analogía con el lanzamiento del primer satélite al espacio.
Consultados por TN.com.ar, a través de una carta firmada por Ivan Dybov, presidente de Rosatom para América Latina, la empresa admitió que están “discutiendo con los colegas argentinos la posibilidad de una alianza para una cooperación mutuamente beneficiosa en proyectos de centrales nucleares de alta y baja potencia”.
Luego agregó que están dispuestos a debatir “las diferentes opciones de implementación, tanto terrestres como flotantes”.
Ya existe una importante cooperación entre ambos países en materia de medicina nuclear y ciclo de combustible nuclear. Además, en 2018 Rosatom ganó una licitación para el suministro de fibra de carbono para la construcción de un satélite.
Ahora bien, las principales plantas nucleares del país funcionan con un sistema de uranio natural y agua pesada, mientras que las centrales propuestas tanto por China como por Rusia lo hacen con uranio enriquecido y agua liviana.
Este tipo de centrales están en medio del debate a nivel global por el daño medioambiental que causaría una falla. En este contexto, recientemente Bill Gates anunció la construcción de un innovador reactor nuclear con una tecnología libre de emisiones de efecto invernadero.
Lo cierto es que el primer acuerdo entre ambos p