Gasoducto: avance con China para asegurarse obras por 1.900 millones de dólares

05 abril 2022

El objetivo es que esté operativo en 2023 y que permita el autoabastecimiento energético así como dejar de gastar dólares en importaciones de Gas Natural Licuado (GNL).


La mayor dificultad de la producción de gas de Vaca Muerta es la limitación en el transporte.


Redacción Argenports.com

   Luego de completarse la licitación para la compra de las cañerías que se utilizarán en la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner, el Gobierno avanzó con China para garantizarse el financiamiento de la segunda etapa.

   Será la obra que unirá el sistema troncal desde Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, y Santa Fe. El tramo 2, como se conoce a la obra, será vital para ampliar la capacidad de transporte y así disminuir la dependencia de la importación del combustible en invierno.

   El gasoducto es una de los principales objetivos oficiales para lograr el autoabastecimiento energético.

   Su operación y obras está a cargo de Integración Energética (IEASA), ex Enarsa, que puede realizar los trabajos o derivarlos a terceros.

   Fue declarada de “interés nacional” y se creó un fideicomiso por $40.000 millones para tener operativo, al menos en parte, a partir de mediados de 2023.

   El tramo 2 es un entramado de obras para conectar la provincia de Buenos Aires y Santa Fe y más que duplicar la capacidad de transporte.

   Requerirá una inversión de 1.900 millones de dólares según los cálculos oficiales. Forma parte de los 10 proyectos que ya se acordaron entre el Gobierno y China para que Beijing financie a partir de este año y entre los que se destaca la construcción de la cuarta central nuclear del país, Atucha III.

   Así, el Gobierno se aseguró el financiamiento chino de esa etapa, según el listado de proyectos estratégicos acordados entre ambas partes al que accedió TN.

   Se efectivizó en el marco del Quinto Diálogo Estratégico bilateral, durante la visita del presidente Alberto Fernández a su par Xi Jinping en febrero.

   Allí, además, se oficializó el ingreso de la Argentina a la iniciativa de la ruta de la seda, por la que se esperan desembolsos de 23.700 millones de dólares.

   La obra se iniciaría en 2023 y para más adelante también está en carpeta conversar con el país asiático la posibilidad de financiamiento para el tramo 3 de la obra de gasoductos, que busca unir el Litoral con el sur de Brasil para venderle el combustible al vecino país.

El por qué del acuerdo

   La línea de gasoductos Transportar busca ampliar la capacidad para trasladar desde la megaformación de Vaca Muerta, en Neuquén, el gas que se produce en ese reservorio y que en la actualidad está más que limitado.

   Argentina afronta cuellos de botella entre los centros de producción (que no extraen más combustible por falta de lugar donde almacenarlo o despacharlo) y de los centros de consumo en el país, que deben abastecerse con gas importado, tanto desde Bolivia como por barcos.

   “Para nosotros es un objetivo ambicioso, pero muy importante para poder evacuar gas producido por trabajadores argentinos, y es gas que lo pagamos en pesos y no necesitamos de otro sector de la economía que genere dólares para poder importar gas”, expresó Darío Martínez, secretario de Energía, sobre la obra con la que se esperanzan contar desde el invierno de 2023.

   A la vez, la apuesta es que una vez finalizada la obra se pueda dar vuelta la balanza energética: sustituir las importaciones de GNL, de combustibles para generar energía y de parte de las compras a Bolivia para abastecer la demanda invernal.

   También más a largo plazo, piensan que se contará contar con “excedentes” para exportar a otros destinos, no sólo a Chile (como se realiza ahora).

   En ese potencial incluyen a China, neta importadora de energía y que busca cambiar sus fuentes contaminantes (carbón) hacia las más renovables.

   La ecuación es más o menos lo siguiente: el gas que se produce en Vaca Muerta (segundo reservorio mundial de ese combustible con extracción no convencional) llegará mediante el gasoducto a los puertos de Buenos Aires (Bahía Blanca y Escobar), donde se convertirá en GNL para trasladarlo en barcos a todas partes del mundo.

  A la vez permitirá reforzar la oferta de gas para el abastecimiento interno, tanto a los hogares, comercios y las industrias del AMBA y las localidades bonaerenses y santafesinas.

Los números que China acordó financiar

   La inversión estimada para el tramo 2 del gasoducto a Vaca Muerta asciende a 1.905 millones de dólares.

   Además, aseguran que generará 3.000 puestos de trabajo directos e indirectos para la puesta en marcha y 12.000 puestos, tanto directos e indirectos, finalizada la obra con la nueva producción a transportar, aumentará de la capacidad de transporte de gas hasta 44 millones de metros cúbicos diarios.

   El tramo I y II del gasoducto implican regalías adicionales por al menos U$S 90 millones anuales extra a las provincias productoras.

Por que los chinos no licitaron en la primera etapa

   Mientras se garantizaba el financiamiento de la segunda etapa, el Gobierno avanzó en la licitación de las cañerías que recorrerán 650 kilómetros entre Neuquén y la ciudad bonaerense de Salliqueló.

   Si bien se esperaba que empresas chinas participaran del proceso licitatorio, que lanzó IEASA hace un mes y que cerró este el 31 de marzo, eso finalmente no ocurrió.

   Sólo Tenaris, del grupo Techint, presentó la oferta por 567 millones de dólares para proveer los ductos. La adjudicación está prevista para el 30 de abril.

   De acuerdo con fuentes del mercado, tres empresas chinas que habían manifestado interés, entre ellas la gigante Gezhouba, en el proceso, pero los tiempos de ejecución pretendidos por la Argentina (terminar la obra en el invierno 2023, los habría hecho declinar.