Aseguran que la idea de IEASA es presentar oficialmente el concurso público durante la semana del 20 de abril.
Redacción Argenports.com
La licitación para avanzar con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner se encuentra demorada debido a que IEASA (ex Enarsa), empresa a cargo de llevar a cabo el proceso, continúa elaborando el correspondiente pliego.
El principal objetivo es dejar claro todos los detalles técnicos y de ingeniería para que no haya confusión entre los oferentes y se puedan acelerar los plazos de ejecución.
No obstante, la razón principal es que todavía no se decidió cómo se va a particionar la obra y, por lo tanto, cuántas empresas constructoras van a estar a cargo del proyecto.
El tiempo es una variable clave porque, cuanto más se demore la construcción del gasoducto, más fondos deberá destinar el Estado a la importación de combustibles.
Fuentes gubernamentales indicaron que la idea de IEASA es presentar oficialmente el concurso público durante la semana del 20 de abril.
La construcción podría avanzar con un solo frente de obra. Eso significaría, por ejemplo, que el montado de los caños se vaya realizando desde Neuquén hacia Buenos Aires.
Otra opción sería tener dos frentes de obra y que se vaya avanzando con la construcción desde Buenos Aires y Neuquén para encontrarse en un punto intermedio, aunque también existe la posibilidad de que sean tres o cuatro frentes de obra distintos.
Si se define avanzar con uno o, a lo sumo con dos frentes de obra, tal como proponen aquellos que ponen el foco en la necesidad de adelantar lo más posible el delivery (finalización y puesta en marcha) del proyecto, son pocas las empresas con capacidad financiera, tecnológica y de gestión que podrían apuntar a inscribirse en la licitación.
En esa lista figuran Techint Ingeniería y Construcción, una de las subsdiarias del holding que dirige Paolo Rocca, SACDE, la constructora que es propiedad de los accionistas de Pampa Energía, con Marcelo Mindlin a la cabeza, según menciona econojournal.com.ar.
Si se particiona en más frentes de construcción podrían sumarse compañías como Electroingeniería, BTU, Contreras y Cartelone, entre otras.
Aquellos que defienden la partición en tres o cuatro frentes de obra sostienen que eso va a favorecer un desarrollo más homogéneo de toda la industria de la construcción local.
En la otra vereda, los que recomiendan hacer solo un frente de obra sostienen que se ganaría en eficiencia y se podrían acelerar los tiempos de la construcción, lo cual podría ayudar a que la obra esté concluida para el invierno del año próximo y, de ese modo, el país se ahorraría una cifra millonaria en materia de importación de Gas Natural Licuado (LNG) y gasoil.
Los que proponen menos frentes de obra remarcan, además, que de ese modo también se minimiza el riesgo y citan el caso del Gasoducto del Noreste, donde se decidió avanzar con varios tramos y en 2015 la obra quedó paralizada cuando la constructora Vertúa abandonó la construcción de un tramo de 230 kilómetros que conecta Salta con Formosa, lo que demoró la obra varios años más de los previstos.
Hasta el momento el gobierno avanzó con la licitación de los caños donde, si bien todavía no hubo adjudicación, Tenaris presentó la única oferta.
Cuando se firme el contrato se deberá girar un adelanto para que la empresa compre la materia prima y luego habría que esperar cerca de tres meses para que se empiece a entregar la primera tanta de caños.
Si el mes próximo se adjudica esa licitación y se otorga el correspondiente anticipo, los caños podrían comenzar a llegar en septiembre.
En el caso de la licitación para la construcción, apenas se lance hay que dar un plazo de por lo menos 30 días para la presentación de las ofertas y luego el gobierno debería tomarse otros 30 días para adjudicar la obra.
Si la licitación se lanzara a fines de abril, la adjudicación podría estar recién para fines de junio, en el mejor de los casos. Una vez que la obra esté adjudicada, hay que comenzar a montar los campamentos y eso también va a llevar tiempo porque no se va a empezar a construir al día siguiente de la adjudicación.
Lo ideal es que estos plazos se aceleren lo más posible porque la puesta en funcionamiento del gasoducto va a significar el ahorro mensual automático de entre 500 y 1.000 millones de dólares, que actualmente se destinan actualmente a la importación de combustibles sustitutos.